domingo, 26 de agosto de 2007

Fábricas


Los niños aman las fábricas.

No tienen que ir a la escuela. A veces ganan dos o tres dólares diarios y con frecuencia les permiten trabajar siete días por semana. Maravilloso dinero de bolsillo para comprar juguetes o cajas de cartón, que son techos ideales para la vivienda familiar. En la mayoría de las fábricas también se juegan juegos arriesgados: no caerse en la maquinaria, no triturarse los dedos. Con las puertas bien cerradas, y esas paredes macizas y sin ventanas, son tibias y acogedoras, sobre todo en verano.

Muchos adultos paternalistas y adinerados, sobre todo los extranjeros, quisieran que los niños dejaran de trabajar en las fábricas. Esos adultos perezosos no saben competir. Tienen miedo de la economía global. Mantienen a sus hijos encerrados en escuelas. Es mucho más divertido dejarlos jugar en fábricas.


Tomado de Diccionario del que duda de John R. Saul (ud. no puede, no debe dejar de leerlo!).

Agradecimientos: a macachin15, a Voltaire y a Ambrose Bierce

domingo, 19 de agosto de 2007

Condena


Vladimir condena a los pobres de espíritu, a los mansos, a los que lloran, a los que tienen hambre y sed de justicia, a los misericordiosos, a los limpios de corazón, a los que trabajan por la paz, a los perseguidos.

Vladimir prefiere a los que encandilan, a los rebeldes, a los que lanzan carcajadas y escupen, a los que no esperan que la justicia llegue, a los que no perdonan la pobreza de espíritu, a los que generan conflicto, a los que persiguen a los corazones débiles.

miércoles, 15 de agosto de 2007

Beautiful victim

¿Alguien sabe lo que es el dolor?
Imagen: Beautiful Victim, Gottfried Helnwein

domingo, 12 de agosto de 2007

Leyendo a César Vallejo ("Zumba el tedio enfrascado")


Hoy tengo la impresión de que jamás moriré en París con aguacero.

Me doy cuenta de que no tengo ningún amigo que me de las seis, que se llame Santiago, y menos que sea ciego.

Nunca encontré a una niña en la calle que me haya abrazado. Tampoco alguna que se haya detenido a coserme el costado a su costado. Nadie me busca. Nadie me reconoce.

Ya no pienso en tu sexo (o pienso lo suficiente y luego quedo mudo). Pulso misterioso.

Mi celda no tiene cuatro paredes, sino tres. De ella se alejan dos Marías cantando.

Almorcé solo (999 ... 1000 calorías). Alguien dice: "Déjenlo".

Mañana ... ¿amanecerá lloviendo?

viernes, 10 de agosto de 2007

Duelo


El ritmo de la ciudad incrementa, al igual que los latidos de mi lengua: corazón húmedo que intento, en vano, controlar. Con puñal en mano desgajo letras mojadas, palabras filosas. Faeno hojas mutiladas por manos inexpertas.
El ritmo incrementa: la pulsión tanática se hace inminente.
Un manto violeta se extiende encrespado sobre el cadáver. Ha quedado lívido, no tiene esperanza.
Es sólo una hoja que ha quedado en blanco. Y yo sólo un Hombre que ha pretendido escribir.

lunes, 6 de agosto de 2007

I am whatever you say I am


Vladimir saca la lengua (y te lame). Vladimir no descansa (y no te deja descansar). Vladimir está en la calle (pero no lo ves). Vladimir te mira (siempre está ahí). Vladimir es un "alter ego". Vladimir se ríe (de todos, sin excepción). Vladimir está entre la gente (pero no "con la gente"). Vladimir camina (solo, siempre solo). Vladimir nunca da el asiento en el ómnibus (eso es rendirse). Vladimir no espera (nada). Vladimir se viste bien. Vladimir escribe en la puerta de los baños de mujeres (¿en qué otro lugar si no?). Vladimir te escucha atentamente (pero vos no lo escuchás). Vladimir detesta a los niños (y los niños a él). Vladimir le tira piedras a las palomas (¿qué otra cosa puede hacer con esos seres?). Vladimir cae ... como la lluvia (y te moja, y te moja ...).
Foto: Gonconda, René Magritte

viernes, 3 de agosto de 2007

Viernes


El cielo escupía las más grandes ranas que yo hubiese visto ese viernes. Algunas personas corrían espantadas hacia cualquier lugar que pudiese oficiar, al menos momentáneamente, como refugio.

Los automovilistas intentaron, todos al mismo tiempo, acelerar para huir. Su nada inteligente decisión (¿o reflejo?) no hizo más que agudizar el caos.