Hoy tengo la impresión de que jamás moriré en París con aguacero.
Me doy cuenta de que no tengo ningún amigo que me de las seis, que se llame Santiago, y menos que sea ciego.
Nunca encontré a una niña en la calle que me haya abrazado. Tampoco alguna que se haya detenido a coserme el costado a su costado. Nadie me busca. Nadie me reconoce.
Ya no pienso en tu sexo (o pienso lo suficiente y luego quedo mudo). Pulso misterioso.
Mi celda no tiene cuatro paredes, sino tres. De ella se alejan dos Marías cantando.
Almorcé solo (999 ... 1000 calorías). Alguien dice: "Déjenlo".
Mañana ... ¿amanecerá lloviendo?
5 comentarios:
definitivamente, creo que hay algo, creo que hay algo ...
entre nosotros, Vladimir? entre nosotros?
♥
Poéticamente nostálgico
;)
Estimada colega,
Muchas gracias por el enlace. Debido a presiones de grupos radicales minoritarios, he debido actuar reciprocamente.
Cambio y fuera
Ay, esta vez hubo ruidito.
"Nunca... tampoco... a coserme el costado a su costado..."
Hijo, me has hecho llorar!
Publicar un comentario