viernes, 10 de agosto de 2007

Duelo


El ritmo de la ciudad incrementa, al igual que los latidos de mi lengua: corazón húmedo que intento, en vano, controlar. Con puñal en mano desgajo letras mojadas, palabras filosas. Faeno hojas mutiladas por manos inexpertas.
El ritmo incrementa: la pulsión tanática se hace inminente.
Un manto violeta se extiende encrespado sobre el cadáver. Ha quedado lívido, no tiene esperanza.
Es sólo una hoja que ha quedado en blanco. Y yo sólo un Hombre que ha pretendido escribir.

3 comentarios:

Alicia Noland dijo...

Otros hablarían del síndrome de la página en blando, tú nos regalas unas cuantas imágenes inquietantes. Mejor.

vladimir maiakovski dijo...

qué elogio: "imágenes inquietantes"!
muy amable, alicia.

Ay VAleria! dijo...

Sólo, pero con mayúscula. No estan mal los mecanismos de defensa, te feli : )


MAgritte siempre lustra bien.