domingo, 11 de enero de 2009

Venecia paralizada


Son las calles de Venecia el agua verdosa. El agua verdosa por las calles de piedra. No por los canales. La plaza de San Marcos se desaparece al atardecer. ¿Y?

Las palomas sobrevuelan las cúpulas azules y el león se ahoga dando un último dorado rugido. El agua pegotea las arcadas. Los pilares no soportan el hedor y sucumben, derrumbándose, hundiendo sus cabezas para siempre.

Las góndolas golpean los techos, rompiendo tejas que caen como dientes. Flotan plumas. Ecos de palacio mancillado al ritmo de los cadáveres que comienzan a poblarlo todo. ¿Y?

Y yo te arranqué la boca con mi boca y la tiré al agua.