martes, 12 de agosto de 2008

Polvo


Desde que aspiré tus uñas quiero aferrarme a algo. No sé bien a qué. A veces me raspa y sé que sangro por dentro. Pero no puedo ni escupir coágulos, ni expectorar el polvo blanco. Decime cómo hago para dejar de babear. Pensé en ir a matarte, de a poco, todas las noches, para ver si las uñas se quiebran y me dejan respirar.

Todavía no sé cómo sucedió. ¿Cómo lograste que tenga tus uñas adentro? Vos. Vos vas a tener que lamerme la boca, a ver si podés vivir con mi carcajada.