domingo, 11 de mayo de 2008

Il morto chi parla

Imagen de Richard Avedon
Me sangran los oídos. Cuando lo vi, muerto, sentado, esperándome en ese banco en el medio del patio, no escuché nada más. Sus ojos se movían desesperados y sus labios hacían muecas. Me sangran los oídos y a él las palabras. Se le descuelgan de la boca y chocan contra el piso. Caen lentas como hojas, pero se hacen añicos como vidrio.

Está muerto. ¿Y yo?